El género de una persona afecta a sus experiencias de corrupción de muchas maneras: puede influir en la probabilidad de que pague o acepte un soborno, en las formas de corrupción a las que puede enfrentarse y en cómo las perciben y actúan. La relación entre género y corrupción es una relación compleja, que puede ser abordada desde múltiples enfoques.
Además, la propia corrupción puede adoptar formas específicas de género. La extorsión sexual, o ‘sextorsión’, es una de estas prácticas, donde los favores sexuales son la moneda del soborno exigido.
Desde TI-E creemos que el empoderamiento de las mujeres y la promoción de su participación en la vida pública son esenciales para abordar el impacto de género de la corrupción y nivelar los desequilibrios de poder y las desigualdades de género.
También trabajamos permanentemente para incorporar el enfoque de género de manera transversal en todas nuestras actividades, iniciativas, proyectos, políticas y programas; e impulsamos la inclusión de la perspectiva de género en la formulación de políticas anticorrupción en España.